Escrita por: Unknown



ERASED

Para otra opinión

Para no caer fuera del círculo de críticos de animación japonesa respetables es importante estar al día con las más recientes obras maestras que esta industria escupe cada tres meses, y francamente no me interesa. El placer catártico de hablar mal de una serie que lo merece tiene la contracara de haber sufrido todos los episodios de esa serie para así aparentar que sé lo que estoy haciendo. Es agonizante tener que ver anime de temporada. Las posibilidades de que alguno resulte estar ligeramente por encima del promedio son mínimas. Pero cuando una serie recibe desmedida atención, no me queda otra opción.

“Boku Dake ga Inai Machi”, vagamente traducido como “La ciudad donde sólo yo he desaparecido”, o por su nombre en inglés Erased es un manga sobre un hombre que tiene el poder de viajar en el tiempo y regresa a su niñez para resolver una serie de secuestros y asesinatos. La premisa suena muy bien, pero toda premisa suena muy bien. Es la ejecución lo que realmente importa, y desgraciadamente el proyecto estuvo a cargo de A-1 Pictures. Siendo justos, el problema principal del anime es su horrible escritura que se cree muy inteligente, y en eso el estudio tiene poco que ver. El problema es que A-1 Pictures insiste en dedicar muchísimo tiempo y dinero a adaptaciones de mangas y novelas basura, y merecen todas las críticas por semejantes decisiones. La dirección tampoco ayuda, aunque no esperaba más del director de SAO. Los conceptos de "ritmo" y "sutileza" fueron masacrados por este señor.




Erased se ve muy bien. Por supuesto que se ve muy bien, es un trabajo de A-1 Pictures. No vendió 4000 copias por su intrigante historia y personajes complejos. El problema es que carece de personalidad. La paleta de colores no es particularmente excitante ni aporta mucho a la atmósfera en general. Los diseños de personajes son básicos, con una fuerte esencia moe, y si bien la dirección tiene momentos de brillantez, no es algo que me haría expulsar neuronas por la nariz. Es funcional, quizás por encima del promedio pero nada más, aunque si me gustó el estilo cinemático de las tomas y los planos.

Hay mucha atención puesta en los detalles en el momento de dibujar, lo cual siempre es bienvenido, y ayuda a construir suspenso e inmersión. Los fondos son sumamente hermosos, especialmente cuando se trata de espacios abiertos. Es en esos espacios que la iluminación y el color ganan fuerza realmente y ayudan muchísimo a darle más énfasis al ambiente. Aplausos también a la animación por lo espectacular del movimiento y la cantidad de sakuga que los animadores fueron capaces de meter.

Dicho todo esto, vuelvo al problema inicial y es que Erased no tiene personalidad en su diseño visual, ni en su estética. Esto forma parte de la sagrada tradición de A-1 Pictures de siempre tomar la ruta segura, pero desde un punto de vista artístico-creativo, no es algo que les vaya a sumar puntos conmigo. Con arte decente y animación buena, hoy día podés conseguir que cualquier cosa sea considerada lo mejor que le pasó al anime.




La música es exactamente lo mismo que Yuki Kajiura viene haciendo toda su carrera, sólo que más aburrida, con menos variedad, e infinitamente menos apropiada. Los montajes épicos de violines y pianos funcionan en F/Z o en KnK, pero en este caso buscábamos una atmósfera de suspenso y horror, no que los personajes sacasen enormes espadas y empezasen a pelear con súper-poderes. En realidad eso hubiese hecho a la serie mucho más interesante. No es que la música sea mala ni mucho menos, y a mí personalmente me encanta Kajiura, pero tengo la sensación de que no sabía cuál era el argumento de la serie, así que decidió poner sus piezas más genéricas juntas. Aplausos al director a pesar de todo, por saber manejar bien la música.

No tengo nada para decir sobre las actuaciones de voz, aparte de que “están bien”. La única que me impresionó fue Yuuki Aoi haciendo de Kayo. Después de Madoka y Tatsumaki, parecía que era una actriz limitada al rol de loli idiota, pero también puede hacer muy convincentemente de una loli maníaca depresiva. Como dato de color, la actriz que da vida a la madre de Satoru también interpretó a Envy, Conan Edogawa, y Griffith lo que es un espectro de personajes curioso, como mínimo.




Pero basta de estupideces pseudo-técnicas y vamos al corazón del problema. Estudiemos con más detalle la premisa. Satoru es un mangaka fracasado que trabaja repartiendo pizzas y que tiene un extraño poder llamado “Revival” que le permite volver en el tiempo para así evitar tragedias. Sin embargo no puede controlarlo, sino que este sucede sólo cuando es conveniente para la trama. El problema con un superpoder que permite corregir el pasado sin control de los personajes y con una regla tan ambigua como “activarse cuando va a ocurrir una tragedia”, es que minimiza las acciones de los personajes y deja todo librado a un simple vehículo argumental que, dicho sea de paso, la serie sólo se acuerda de que existe cuando Satoru está acorralado. Como sea, gracias a este poder Satoru vuelve a su niñez donde decide detener una serie de secuestros y asesinatos. Nuevamente surgen numerosas preguntas por culpa de un vehículo argumental con tan poca planeación. Si el poder sirve para evitar tragedias ¿Por qué no se activó en el momento que se cometieron los asesinatos? ¿Por qué tuvo que esperar 18 años para regresar en el tiempo? Suponiendo que la tragedia fuese lo ocurrido al final del primer episodio ¿Por qué es necesario volver tanto tiempo atrás, y no sólo lo suficiente como para evitar “ese” incidente?

La mayor parte del anime ocurre en el pasado, con Satoru a los once años. Déjenme aclarar que con un poco de pulido y mejor planeación, la trama de los niños detectives persiguiendo al secuestrador hubiese podido cargar con el anime, pero estar agarrada a la mecánica de los saltos temporales hace que pierda la tensión y el suspenso. No es que haya mucho suspenso tampoco, es sumamente obvio quién es el secuestrador. La serie no es tan mala como para sacar un villano de la nada en los últimos episodios, pero apenas nos da unas pocas opciones y descartar se vuelve algo muy sencillo. 




A medida que avanzamos con los hechos, las conveniencias se apilan entre sí, y el anime se va sacando elementos, personajes y vehículos argumentales de ya saben donde. Eso funciona en algo como KLK, Erased, por el tipo de serie que es, pero no podés querer ser un thriller psicológico, con una trama de misterio y temática sobre violencia doméstica, con tan patética forma de mover la historia hacia adelante. 

Hay un fuerte tema sobre violencia doméstica, pero que realmente no importa mucho. A un personaje le pega la madre y Satoru quiere salvarlo. No existe ningún tipo de catarsis, ni moraleja, y la serie no da ninguna opinión clara al respecto, más allá de “el abuso infantil es malo” como si no lo supiera el noventa por ciento de la civilización occidental. En una nota aparte, la forma que se resuelve la subtrama de violencia doméstica es sumamente forzada, excelente ejemplo de la serie sacándose cosas de ya saben donde.

Por otro lado, odio la costumbre que tiene este anime de repetir sus puntos una y otra vez sin sutileza. Todo en esta serie está exagerado y llevado a extremos ridículos. De nuevo, eso funciona en KLK por el tono de la serie, pero un anime de misterio con sobre tonos psicológicos no puede hacer esto. Forzado y manipulador son las palabras justas para describir el drama, el romance y la presentación de los temas en esta serie.




A pesar de que en cada episodio pasan cosas, el ritmo que tiene este dibujito es horrible. Es tediosamente lento y sumamente aburrido. Tarde un mes en verme los doce episodios por culpa de ello. Arrastra todo hasta un grado insufrible, y dado que el misterio no tiene ni tensión, y fundamentalmente no me interesa, encontraba difícil el no quedarme dormido sobre el teclado. Y el diálogo es malo. Es muy malo, sobre todo en los niños. Todos hablan como si fuesen personas con mucha experiencia en la vida, cuando tienen once años. Pero incluso obviando eso, el diálogo intentando ser inteligente termina quedando como pretencioso, por una falta total de substancia, profundidad, y naturalidad, incapaz de darle vida a los personajes.

Esta secuencia de deus ex machina, casualidades, contradicciones, y agujeros argumentales, terminan en un final sumamente soso, blando y pobre. Una historia horriblemente forzada hacia adelante con elementos cansinos, sin profundidad temática, un final horrible, sin tensión, misterio, ritmo patético, drama manipulador, sin sutileza, y con diálogo vergonzoso, y así y todo ofrece mucho más que los personajes.




Satoru es un emo angustiado que desacredita todo lo que pasa a su alrededor, y ocasionalmente reacciona de manera exagerada y muy poco racional, como al final del primer episodio. Puede competir por el premio al personaje más aburrido del año. Se supone que toda la historia es un extenso arco de desarrollo para su personaje pero hay algo sospechosamente masturbatorio en esta serie, y este es uno de los puntos que más me molestan. Es un personaje fracasado, como la mayor parte de la gente que ve anime, con un poder que lo hace especial, un pasado trágico, y esa aura de chico misterioso que tanto parecen adorar los adolescentes. Hay dos personajes femeninos que se enamoran de él, salva a todo el mundo quedando como el héroe sacrificado que asume las culpas para no lastimar a los demás, termina como una persona sumamente exitosa porque sí, y parece ser el hijo de Buda y Jesús. No hay personalidad, profundidad, ni siquiera un rastro de humanidad en el personaje de Satoru, tanto de niño como de adulto. Me resulta imposible simpatizar con él, porque me genera el mismo sentimiento que Kirito o el protagonista de Mahouka: son demasiado perfectos, y parecen existir sólo para cumplir cierta fantasía auto-insertiva.

Ojala tuviese algo que decir del resto del cast. Un montón de vehículos argumentales unidimensionales que parecen formar el club de fans de Satoru alabando y aplaudiendo todo lo que hace, por más caóticas y contradictorias que parezcan sus acciones. Los villanos son ridículamente malvados sin ningún tipo de motivación coherente, o un poco de humanidad que sirva para balancear sus personalidades. Ninguno de los personajes de este anime es rescatable, carismático o querible. Podrían ser reemplazados con papas que sólo leyeran el diálogo espantoso y la serie hubiese sido igual de entretenida.




Erased no es por ningún lado una serie buena. Está llena de conveniencias y agujeros argumentales, tiene un ritmo espantoso, música mediocre, diálogo pobre y personajes muy poco simpáticos. Es un verdadero ejemplo de cómo hacer un thriller psicológico y de misterio completamente mal, y no se la recomiendo a nadie salvo a los que tengan insomnio y no puedan dormir. Ahora bien, y esto me parece un punto importante que no se dice con frecuencia, la propia existencia de Erased es algo positivo. En esta industria estancada que vive a base de adaptaciones de mangas shonen y novelas ligeras, o de nenas moe fetichizadas, que agradable es ver una pieza que intenta ser diferente, y ver gente dispuesta a experimentar. Por supuesto, no funcionó, pero intentar cosas nuevas se trata de eso. Tal vez lo próximo sea una revolución en el medio que logre mover a Evangelion del trono de oro en el que está sentado, y lo estrenen el día que me salgan alas en la nuca.




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