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Escrita por: JackBezarius18





En un beso sabrás todo lo que he callado.
-Pablo Neruda.

Al escuchar hablar a la gente que le gusta el anime, sobre géneros como el yuri/GL, yaoi/BL o incluso hentai, a uno se le vienen muchísimas imágenes a la mente relacionadas con los antes mencionados géneros. Pulpos, chicos que rivalizan en belleza con los surcoreanos, chicas “con gran personalidad” que no sufren dolores en la espalda y ¿por qué no? Piedra, papel o tijeras.

Algo que sin duda he notado, es la creciente cantidad de consumidores de este tipo de contenido en occidente, asumo que esto se debe a la forma en la que actualmente vemos el tipo de relaciones que reflejan estas historias. Sin duda los siglos XX y XXI han sido clave para la “normalización” de conductas que antes eran consideradas “anormales”, sin embargo, no deja de existir ese sentimiento de miedo y repudio hacia lo que algunos consideran como desconocido, desembocando esto en machismo, hembrismo, homofobia y heterofobia (sí, también existe discriminación hacía los heterosexuales, sólo que en menor cantidad).

Oriente y Occidente tienen sus similitudes, así como sus diferencias. Desde hace poco más de un siglo, Japón se ha caracterizado por ver la homosexualidad como un comportamiento fuera de pecado por parte de la religión o la sociedad, no obstante hubo un tiempo de prohibición a la homosexualidad, debido a que Japón quería apegarse un poco a las tradiciones de moral cristiana. De cualquier modo, desde tiempos más remotos en el antiguo Japón, los samuráis veían este tipo de relación como una de las muestras de amor más puras que existen, algo muy similar a lo que veían los antiguos griegos y romanos. Lamentablemente no todo puede ser perfecto en esta vida. Aunque Japón sea un país muy respetuoso en cuanto a la diversidad sexual, las personas que tienen una diferente orientación sexual no pueden gozar de ciertos derechos como: contraer matrimonio por unión civil, a la adopción conjunta y a la donación de sangre. Estos son aún algunos de los obstáculos a los que se enfrenta la sociedad nipona, afortunadamente puedo decir que son menos a comparación de otros países del mundo, incluyendo a aquellos donde aún es pena capital ser homosexual. 


(Los samuráis acostumbraban a practicar la homosexualidad como una de las pruebas más puras de amor)

Lo mismo, pero más barato, o al menos eso dicen.

Tras esa serie de datos estadísticos e históricos regresemos al mundillo de la fantasía. Supongo que es muy normal que cuando hablamos de yuri, yaoi o hentai se nos sea dirigida una mirada de desprecio o extrañeza, no sólo por parte de personas que son ajenas al mundo del anime, sino que algunas de estas miradas son por parte de los mismos consumidores de estos géneros, dícese de las fujoshis, los yuristas (el yaoi es más popular, por ende no existe todavía un término para nombrar a los amantes del yuri) y los perver… digo digo, seguidores del hentai (pasa lo mismo que con el yuri).


De algún modo considero que el índice de estas miradas va disminuyendo, a excepción de las miradas de los que no son consumidores de anime, pero eso ya es harina de otro costal. Los tiempos cambian y ahora es muy normal que alguna chica o algún chico diga abiertamente que consume este tipo de contenido, incluso a sus padres. Para el momento en el que empecé a ver anime, desconocía la existencia de este tipo de contenido, sólo veía lo que era “normal” en aquél entonces, refiriéndome claro a series tipo Dragon Ball, Naruto o Yu-Gi-Oh.  El simple hecho de ver obras de carácter adulto o con tendencias homosexuales, ya era motivo suficiente para creer que eras del bando contrario, o sólo que estabas loca/o, pero bien diría el filósofo francés Michel Foucault, que sólo los que tienen “poder” pueden decidir lo que es correcto e incorrecto y lo normal de lo anormal. Como dato curioso este pensador era homosexual, lamentablemente le tocó crecer en un entorno y época donde esta orientación sexual era considerada una enfermedad, aun así pudo sacar provecho a todo esto y con ello salir adelante intelectualmente, no por nada es considerado como uno de los pensadores más importantes de la historia. 


(Miradas comunes que reciben los que ven yuri, yaoi o hentai)
Al decir que los tiempos cambian, se hace mención a los cambios que hay en diferentes aspectos de la vida. Cambios en la sociedad, en la religión, en la política, en el comportamiento, en la moda, etc. Dentro del mundo de la animación japonesa estos cambios también están presentes. Dejando de lado el hentai, las obras pertenecientes al yuri o yaoi que salieron antes del 2010, siempre llegan al mismo sitio, al sexo. Estas historias por lo regular carecen de la pregunta universal ¿por qué? La autora o autor buscan plasmar sus fantasías o deseos más profundos relacionados con la homosexualidad y el placer sexual, algo válido y que sirve para satisfacer a la audiencia promedio. 


En años recientes en occidente se popularizaron los términos shoujo-ai y shounen-ai, que son la otra cara del GL y del BL respectivamente. Estos términos tocan el mismo tema de relación chica con chica y chico con chico, la diferencia es que no tienen contenido sexual explícito, contrario a lo que muestran el yuri y el yaoi, siendo estos géneros más gráficos. 

Aunque se toque el mismo tema las diferencias son muy grandes, pero para Japón dos términos son más que suficiente para englobar las historias de relaciones homosexuales. Sí aún existe duda sobre las diferencias del hoy, y del antes de este tipo de relaciones reflejadas en el mundo de la animación japonesa, los invito a que lo comprueben por ustedes mismos. Quisiera dar ejemplos, lamentablemente no soy un gran conocedor de ambos géneros, sólo estoy compartiendo mi opinión, pero algo les aseguro y por lo que he visto, definitivamente hay una brecha entre el término dado por los occidentales y el contenido oriental. 

Todo ya está hecho.

Dentro de las historias que nos ofrece la animación japonesa, siempre he sido consumidor de contenido relacionado a la comedia, a la magia y al romance, este último es quizás uno de los géneros que más consumo, pues en alguna reseña mencioné que por un tiempo buscaba encontrar parecido a mi vida amorosa con alguna de las historias que el género ofrecía. Seré sincero, empecé a ver yuri por recomendación de un amigo y por morbo. Al principio este tipo de “historias” están buenas para pasar el rato, pero conforme iba creciendo me di cuenta que realmente estaba perdiendo el tiempo, y que era básicamente lo mismo que ver contenido para adultos pero en forma de caricatura.

Hay un anime yaoi que hasta la fecha se sigue utilizando como broma para los novatos que entran en este mundo, omitiré el nombre pues no me considero tan “mala leche” como para arruinarles una etapa de su vida a los que aún no lo han visto. Retomando el tema de relaciones lésbicas, empecé a ver una que otra serie de lo que actualmente se denomina como shoujo-ai. Cansado de lo mismo noté que el factor comedia hacía más pasable este contenido, pero al pasar el tiempo no hizo más que volverse cansino y monótono. 

Por ser un “variante” del género original, aquí sí puedo citar algunos ejemplos y estos serán de los títulos que sí he visto pues aún hay más, pero pasaré de ellos hasta no encontrarme nuevamente con una joya como de la que hablaré más adelante. Los títulos de esta categoría no son más que la calca unos de otros. Yuru Yuri y Sakura Trick son dos títulos de colegialas enamoradas, donde su romance está muy de la mano con la comedia y situaciones hilarantes. Netsuzou TRap y Citrus abarcan el mismo tema de colegialas, sólo que aquí las protagonistas se toman más en serio esto del romance dando un toque más maduro a la trama, sin embargo,  ambas historias dejan mucho que desear a la hora de abarcar el tema. 

(Ejemplos de izquierda a derecha: Yuri Kuma Arashi, Yuru Yuri y Citrus)

No todo tiene que suceder siempre en el colegio, o de que la situación sea parte de la cotidianidad o la vida común. Existen un par de títulos llamados Yuri Kuma Arashi y Konohana Kitan que se separan de lo ya visto. Yuri Kuma no sólo abarca la relación entre personas del mismo sexo, de hecho va más allá y la protagonista decide practicar la zoofilia… Ok no. La finalidad de este anime es un poco más compleja, pero dejaré de dar más rodeos y me haré una autopromoción, pues a este título ya le dediqué una reseña, así que si desean saber de qué va pueden ir a leerla “aquí”. 

La casi finalizada temporada de otoño 2018 trajo títulos que se ganarán un lugar especial en algunos espectadores, y otros por su pésima adaptación obtendrán su posición más que merecida como lo peor del año. Yagate Kimi ni Naru “(Yagate)” sin duda pasa a formar parte de una de las historias que se han ganado un lugar en mi corazón. Sé que antes me quejé de que las historias de romance lésbico están cargadas de clichés, incluso con ese prejuicio vi temeroso de encontrarme lo mismo en esta serie, y no puedo mentir, de hecho los primeros capítulos se me hicieron bastante genéricos en algunas partes, cosa que cambió en los siguientes. Alguna vez un profesor de la universidad nos dijo que todo ya está hecho, esto refiriéndose a aspectos musicales, visuales, artísticos, fílmicos, etc. Yagate no propone nada nuevo, estamos nuevamente frente a un romance de colegialas, pero ojo, el mismo profesor agregó que a pesar de que todo ya esté hecho, lo que importa al final es como manejas las herramientas ya dadas.

El amor no es algo que has de encontrar, sino algo que te encuentra a ti.

¿Qué hace especial a Yagate Kimi Ni Naru? Empezando, nuestras protagonistas son Koito Yuu una chica de 15 años, y Nanami Touko una chica de 16 años. Ambas son estudiantes de preparatoria, y aunque parezca un anime más de romance escolar, no lo siento así. No me dejarán mentir cuando digo que la mayoría tuvimos nuestro primer contacto con el amor en esta época, en nuestros años como estudiantes. Yuu y Touko están en una época donde sus emociones están a flor de piel, y buscan entender qué es el amor y dónde encontrarlo. 

La percepción del amor de Yuu se basa en lo que ve y lee en mangas shoujo, y de lo que escucha a través de la música. Ella anhela que el amor haga vibrar su corazón, pero al recibir su primera confesión se da cuenta de que el amor no es lo que esperaba, pues no sintió emoción alguna al escuchar los sentimientos hacía su persona por parte de un compañero de clases. Decepcionada, opta por pedirle al chico a que aguarde hasta que ella pueda darle una respuesta clara. 

Touko es una chica que desde pequeña la principal muestra de afecto que conoce es el amor fraternal. Antes de la edad de 7 años, Touko era descrita como una niña bastante retraída y muy apegada a su hermana mayor. Al experimentar la pérdida de su hermana, Touko crece cambiando completamente su personalidad, de hecho busca cumplir con las expectativas que todos tenían en su hermana antes de morir. Dichas expectativas no le fueron impuestas por nadie, ella sólo busca sentir que está nuevamente en compañía de su hermana, incluso si eso implica tener que “convertirse” en ella.

Es obvio que ambas chicas han tenido vidas muy distintas, incluso ambas crecieron en entornos completamente diferentes, lo que ahora tienen en común es ser estudiantes de preparatoria y que ambas experimentan una profunda soledad, la cual quizás no demuestran, pero está allí presente. Yuu se siente un tanto acomplejada por darse cuenta que el amor no es como ella creía, y le preocupa la idea de que no pueda sentir la verdadera naturaleza de este sentimiento. Touko por su parte ha experimentado la pérdida de lo que yo creo es una de las muestras de amor más sinceras, por eso durante la trama ella afirma que no se tiene permitido enamorarse, lo cual obviamente deja de lado al conocer a Yuu. 

(Polos opuestos se atraen)

Yagate nos muestra un lado más “serio” y realista de lo que normalmente nos muestran otros títulos que abarcan este tipo de relaciones. Nuestras protagonistas son el claro ejemplo de lo increíble que es el amor, ¿a qué quiero llegar con esto? No es nada raro que aún en estos años el tema de la homosexualidad siga siendo tabú, aún existen personas que la consideran como una enfermedad. Nunca me he considerado como una persona homofóbica, tengo amigos, vecinos y familiares con una orientación sexual diferente a la mía. Yagate es una historia que incluso yo siendo heterosexual pude identificarme con ambas protagonistas, al haberme encontrado en situaciones muy parecidas a las de ambas. El miedo, la duda, los celos, el cariño, la lujuria y las mariposas en el estómago no son experiencias o emociones que sólo las personas heterosexuales comparten, todo ser humano es capaz de sentir estas y muchas más emociones. El amor es complejo, muchas personas tienen una percepción diferente de él, esta puede ser como la emoción más hermosa de todas, o puede ser aquella que más lastima a las personas. Yo me mantengo en una postura media.

Yagate nos muestra varias caras del amor. Su lado inocente en los primeros capítulos. Su lado íntimo en capítulos como el 9 y el 12. El lado bello en capítulos donde el paisaje es uno con nuestras protagonistas, resaltando especialmente el cielo, que desde mi punto de vista es muy metafórico a la hora de representar el romance. Para mí el cielo ha cobrado un gran significado en mi vida desde mi primera relación amorosa, los atardeceres siempre representan la melancolía de los buenos momentos que se han ido, y también representan la belleza del amor presente. Los días nublados y lluviosos representan los momentos difíciles y de soledad. Finalmente el cielo nocturno representa el fin de todo, dónde las estrellas nos son más que recuerdos distantes. 

Los paisajes en esta historia más o menos representan mi perspectiva, claro no todo tenía que ser igual. La música también va acorde a los momentos que vemos en pantalla. La música habla por sí sola, puede hablarnos de un momento lleno de paz y tranquilidad, o de un momento de incertidumbre o melancolía.


(En mi opinión los colores del cielo se llevaron el protagonismo en esta escena. Una metáfora de la calidez, melancolía y tranquilidad del momento) 

Otra de las caras que nos muestra es el lado de la pérdida, el cual se refleja en Touko por lo de su hermana. La incertidumbre que está presente en ambas protagonistas. Las dificultades y barreras que tienen que superar para estar juntas. Esto también lo podemos ver en otra de las parejas de esta historia. Hakozaki Riko imparte clases en la institución donde estudian nuestras protagonistas, ella comparte una relación con Kodama Miyako, una mujer que es dueña y administradora de un café. Ambas iniciaron su relación desde que iban en la preparatoria, actualmente viven juntas, sin embargo, han decidido mantener su relación en secreto por miedo al clásico “¿qué dirán?”.

En un principio mencioné que la sociedad nipona es muy tolerante a este tipo de relaciones, no obstante aún existen tabúes relacionados con la homosexualidad, sin embargo, si nos damos cuenta el “qué dirán” no es una frase que sólo aplica para la gente con una orientación sexual diferente, esta frase aplica con todos, por ejemplo: ¿qué dirán nuestros padres? ¿Qué dirán nuestros amigos? ¿Qué dirá la sociedad? ¿Qué dirán todos? Hagan memoria y cuestiónense cuántas veces han escuchado alguno de esos “qué dirán".

La historia finaliza con un mensaje sencillo y empezaré poniendo nuevamente como ejemplo a la pareja antes citada. Miyako cuestiona a Riko sobre qué prefiere, si a los hombres o a las mujeres. Riko responde que no lo sabe, a lo cual nuevamente Miyako la cuestiona sobre qué tipo de mujeres le gustan. Riko dice que realmente nunca tuvo interés alguno en las mujeres, pero que con ella se rompió el molde, y que hasta la fecha no tiene ojos para nadie más. ¿Curioso no? El amor lo encontramos donde y con quien menos lo esperábamos. Finalmente nos encontramos en un día como cualquier otro en la vida de Yuu y Touko. La cotidianidad crea un lenguaje entre los individuos siendo este único e irrepetible, por eso batallamos cuando cambiamos de pareja, al querer recrear un lenguaje que la otra persona desconoce. La historia termina con una escena simple, demostrando que el amor no es sólo un sentimiento que un grupo específico de personas posee, es un sentimiento que nos define a todos como seres humanos.

Todos los días me sorprendo por ver y saber que conocidos míos han encontrado el amor en personas de su mismo sexo, son felices al igual que mis conocidos que tienen una relación heterosexual. Citando a un verso de la canción Rubí del grupo de rock argentino Los BabasónicosIncreíble tentación es el amor”.







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