Escrita por: Wilburg




El nombre de Makoto Shinkai ya es mundialmente conocido gracias a su trabajo en la exitosa película «Kimi no Na wa (Your Name)» pero este director tiene una trayectoria que, aunque no es tan conocida o mundialmente aclamada, merece atención y en esta ocasión analizaremos mi favorito de sus trabajos, «Kotonoha no Niwa (The Garden of Words)», un mediometraje (ese término existe, lo juro) realmente conmovedor.

Takao, un adolescente cuyo sueño es ser diseñador de zapatos, está harto de la escuela y del mundo que lo rodea. Debido a esto decide evitar ir a clases todas las mañanas lluviosas, y en su lugar visita un parque de Tokio. Al sentarse siempre en el mismo punto del parque, comienza a tener encuentros constantes con una mujer. A partir de estos encuentros se va desarrollando su historia de amor. Si son igual de cursis que yo, les habrá llamado la atención lo romántica que puede resultar esta premisa. Y si te parece que quizá es una trama muy poco original para ti, te puedo decir que Takao tiene 15 años y se termina enamorando de una mujer de 27 años. Y me sorprende lo bien llevada que está la relación entre ellos dos.

Aunque el tema de la edad en un principio podía haber representado un problema, no había mejor forma de hacer esta relación. Ambos personajes, de una u otra manera, necesitan a alguien en su vida que los entienda y escuche, y esto resulta en una relación muy auténtica y madura. Son personajes muy complejos dentro de lo que te permite una película de cuarenta minutos, su relación en sí es muy compleja. Y por esta complejidad, la película toca muchos temas necesarios para la construcción de los personajes, pero que de profundizar mucho cortaría con el ritmo de la película. Me encanta cómo llegan a verse problemas con el alcohol, depresión e incluso abandono familiar en cierta medida pero que solo sea «una cosa más» en la vida de los personajes. La película le habla a un público maduro, que no necesita explicación ni profundización en este tipo de temas, por lo que estas escenas aparecen una vez en la película, y después sigue el transcurso de la historia sin ningún tipo de problemas. Ya nosotros entendemos de esos temas, y el film hace muy bien en enseñarte al personaje con estos problemas más que enseñarte los problemas en sí.

Así, se refuerza otro punto fuerte de la película. Siento que esta historia intenta, por todos los medios, ser lo más realista posible. El director, Makoto Shinkai, visitó el parque que representa en su película para poder hacer los dibujos lo más parecidos posible al parque real. Por esta misma razón, tiene unos dibujos muy reales en proporciones y en rasgos, sin colores raros ni peinados extravagantes. De igual manera, trabaja en muchas ocasiones con desenfoques y movimientos de la imagen que dan la sensación de ser «cámara en mano», que siempre ayuda a que una historia sea más potente si se usa debidamente. La voz del protagonista suena natural y, aunque la voz de Hanazawa Kana (una de mis seiyuus favoritas y quien le da voz a Yukino en esta película) es una voz muy «anime», el guión se las arregla para que su voz suene natural, con ese toque anime pero sin llegar a los extremos de los chillidos hilarantes o terminar todas las frases en «nya». La historia se siente creíble y permite empatizar muy fácilmente con los personajes.

Pero esto no significa que la película sea cruel al tratar temas tan delicados. Al contrario. Explora todas las capacidades que tiene el medio para hacer una historia bonita. Los dibujos, aunque de proporciones realistas, resaltan por sus colores vívidos con los cuales la película logra transmitir los sentimientos adecuados. Lo que más me gusta del arte de la película es la forma de trabajar la luz. El color de la línea cambia dependiendo de qué tipo de luz esté recibiendo el personaje, lo que da un sentimiento de tridimensionalidad muy bonito y al mismo tiempo resalta una iluminación magnifica que ayuda a que sientas la atmósfera del momento. 

En una misma imagen vemos líneas negras, amarillas y verdes, respondiendo a la iluminación

En un principio, se me ocurrió mencionar la duración como un punto débil del film, pero después de verlo unas tres o cuatro veces noté que es una de las mayores cualidades de la película. Su corta duración, de unos cuarenta minutos, obliga al señor Makoto Shinkai a ingeniárselas para compactar la relación entre estos dos personajes en un tiempo relativamente corto, y lo consigue de una manera muy satisfactoria. Es verdad que el guión no hace mucho caso a los tres actos, y el único primer punto de giro que encuentro sería el momento en que se conocen, lo cual es en el primer minuto de película, con lo que la estructura es un poco extraña. Pero eso es así si pensamos de esa obra como una película convencional, lo cual no es. Esto es lo que se llama una película «atmosférica» (este término también existe, lo juro).


«Una película 'atmosférica'»


La lluvia es el móvil de toda la historia.

Esto quiere decir, literalmente, que aprovecha el clima o una situación climática para mover la historia, en este caso la lluvia. Esta es la descripción más literal de «película atmosférica», pero obviamente el concepto va más allá; la construcción del mundo, la fotografía, el ritmo. Todo lo que ayude a construir el ambiente y la atmósfera de una escena. Afortunadamente Makoto Shinkai se apegó a la descripción más simple. Esto ligado a su corta duración hace que, en mi opinión, no necesite de una estructura convencional. No necesita de conflicto para que la historia avance porque lo que intenta mostrarnos no es una historia lineal sino un momento en la vida de este adolescente con sueños, ambiciones y metas, y el segundo acto, el desarrollo (el cual se extiende hasta más allá de la mitad de la película, y comienza en el minuto uno) no tiene la intención de presentarnos un conflicto y una resolución al mismo, tiene la intención de meternos en la vida de una persona. El verdadero conflicto se da después de la mitad de la película. Pero al llegar ahí el director ha hecho tan bien su trabajo en presentarnos el escenario que se puede dar el lujo de bajar un poco el ritmo y preguntarnos « ¿cómo resolvemos este conflicto?».

La escena final es simplemente hermosa, con un ritmo lento y silencios largos que te ponen los pelos de puntas. Y se me hace una escena aun mejor cuando pienso lo fácil que era dañarla apegándose más a características del medio, como escuchar los pensamientos de los personajes. Pero no. Aquí los personajes muestran sus emociones con acciones, no con vocecitas en off, y es simplemente perfecto.

No todo podía ser perfecto


Aunque esto no sería una crítica de verdad si no encontramos algo que criticar (¡dah!) y si debo criticarle algo es la música. En la primera mitad me gusta mucho como está usada y eleva mucho el montaje uniéndose muy bien a los cortes y al ritmo de las escenas. Pero, al momento que el director decide bajar el ritmo, yo creo que hubo algún error en la producción y el compositor no se enteró. La escena final es grandiosa cinematográficamente, pero la música se entromete. Siento que esa escena necesitaba del silencio, pero la música se muestra cuando nadie la ha llamado y el clímax de la escena hace que parezca una telenovela. Es como si se metiera en medio de la escena y te dijera «Oye, esta escena es importante, por si no te habías dado cuenta». 

Aunque esto no es solo culpa de la música. El clímax de la escena final, en cuanto a guión, también es exagerado. De nuevo, siento que aquí la película nos toma por tontos, y cree que no sabremos lo importante que es la escena. No entiendo la necesidad de los japoneses de expresar tanto sus sentimientos y gritar todo lo que piensan en los anime. Creo que es culpa de un síndrome de abstinencia por no poder demostrar sus sentimientos en la vida real, ya saben, la sociedad japonesa es rara. No entienden la regla del show, don’t tell (muestra, no digas). A veces el silencio puede transmitir mucho más que simples gritos. Esto no quiere decir que toda la película deba estar en silencio, para nada, pero los diálogos deben usarse de forma inteligente, que digan mucha información sobre los personajes y lo que ellos piensan sin decirte literalmente lo que piensan. Pero es sólo la escena final, y si estás acostumbrado al anime y a escuchar este tipo de diálogos (porque no faltan estos diálogos en los animes) no te molestará. A mí no me molestó hasta que la vi con mi hermano.


Nota personal: 9/10


No puedes perdértela. Dura tan solo cuarenta minutos, y es una de las mejores experiencias audiovisuales que he encontrado en el anime. Claramente tiene sus errores, pero se ven completamente opacados por las cosas buenas de la cinta. De verdad me enamoró, es de lo mejor en lo que dispensar cuarenta minutos de tu vida. Hazte el favor de verla.

Ahora, ¿alguien me explica por qué este edificio aparece tanto?

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