Escrita por: Wilburg


Cuando me dispuse a escribir este artículo comencé a dar vueltas por mi casa simplemente pensando, sin concretar nada. Tenía muchas ideas por poner en orden. Estaba preocupado por no poder transmitir en palabras mis sentimientos por esta serie, y que me entendieran los que no están de acuerdo conmigo. Estaba nervioso. Nervioso de fracasar rotundamente en mi intento por enseñarles que en Boruto hay algo especial. Bueno, corrijo. No «estaba» nervioso. Estoy nervioso, ahora, en este preciso instante, por no saber cómo comenzar y cómo acabar este artículo en el que, más que explicarles algo a ustedes, creo que lo hago para explicarme a mí mismo qué le vi a esta serie. Pero lo intentaré de todas maneras. Y como no se me ocurre una manera más creativa de hacerlo, comenzaré por el principio.

A esta fecha, tengo quince años, y conozco a Naruto desde que tengo uso de razón. Es algo que siempre ha estado presente en mi vida como el chavismo. Crecí con Naruto y lo acompañé en grandes aventuras. Pero ambos hemos madurado, y cada uno tomó su camino. Casi no había visto nada de Naruto desde que terminé de leer el manga, allá en 2014. Ahora tengo primos de otra generación, que se han encariñado con cosas que ya escapan de mi conocimiento. Youkai Watch, ¿qué es eso? 

Por esta razón recibí a Boruto con los brazos abiertos. Vi en ella una esperanza. Era una posibilidad de tener todos los sentimientos de mi infancia de vuelta. De volver a respirar el aroma a Konoha y obsesionarme con correr como un retrasado mentar. Boruto era esa serie que me permitiría crecer y avanzar, a la vez que volvía a vivir lo que tanto amé de pequeño. Y, sinceramente, recibí de ella más de lo que me esperaba. La estoy disfrutando tanto como aquel niño que vio por primera vez a Naruto realizar un Kage Bunshin no Jutsu. Y en este artículo intentaré, dentro de lo posible, explicar las razones.

¿FANSERVICE?

Primero que nada, me gustaría explicar que existen dos tipos de fanservice. Está aquel hecho para atraer al público con técnicas baratas como el gore y las tetas. Incluso unir a una pareja simplemente porque es muy pedido entre los fanáticos puede caer dentro de esta clasificación. Por otro lado, está el fanservice que intenta apelar a la nostalgia. Ese fanservice que entiende quién es su público y busca tocar sus corazones trayendo cosas conocidas. Un ejemplo podría ser la aparición del casco de Darth Vader en Star Wars Episodio VII, o la aparición de Leia en Rogue One.

Ahora, ¿es este tipo de fanservice algo malo? Pues depende de a quién le preguntes. Para muchos, es una forma fácil y barata de llegar al público, y creen que esto limita la posibilidad de ver cosas nuevas en una franquicia. Yo difiero un poco de ésta opinión. Si bien creo que este tipo de guiños pueden limitar la libertad de una historia, también me parece que esto responde al orden natural de los acontecimientos.



Con esto pasamos a Boruto. Muchos la acusan de ser puro fanservice barato y de no aportar nada a la historia. Pero, ¿realmente es así? Me parece injusto acusar a Boruto de fanservice. Hay que aceptarlo, aunque no nos guste, mucho de ese «fanservice» era inevitable. Y eso no es algo malo. Hace que el mundo se sienta mucho más vivo. Ahora Konoha tiene una historia y los personajes tienen un pasado, y si la serie evitara hacer ese «fanservice» se sentiría forzado y antinatural.

Hay que entender que las reglas del juego han cambiado. No puedes hacer una secuela de Naruto y pretender hacer todo desde cero. Nruto es grande, muy grande. Llegó a estar de primera en el ranking de la Weekly Shonen Jump por mucho tiempo. Esto, lo quieras o no, condiciona cualquier secuela que se le pueda hacer. Y no hay que ver esto como algo malo. Por el contrario, esto le da mucha más riqueza a la serie, ya que conocemos el mundo y sus reglas desde el inicio, lo que permite centrarse mucho más en los personajes.

Porque de personajes va la cosa cuando hablamos de Boruto. Es verdad que hasta ahora no tiene historia. Y ese intento de historia que se inventaron para la película no cumple. Sin embargo, Boruto no está buscando contar una historia que tenga consecuencias sobre el mundo. La historia de Boruto, hasta ahora, es muy íntima y se centra únicamente en los personajes. Y, por ahora, no tengo ningún problema con eso.

LA SECUELA PERFECTA



De hecho, me parece que mantenerse íntima y centrarse más en los personajes fue la decisión adecuada para Boruto. Porque eso fue lo único que quedó después del final de Naruto. Ya no quedaba villano por derrotar, ya no quedaba conflicto por solucionar. Lo único que quedaba eran los personajes. En Boruto se toman a esos personajes y se construye una historia sin «villano». Una historia con un conflicto mucho más personal y que, como tal, afecta más directamente a nuestros personajes.

Esto funciona porque son personajes que ya conocemos, personajes con los que hemos crecido y que hemos llegado a amar. Y verlos afectados por problemas personales es, en este punto, mucho más interesante que verlos dándose trompadas. 

Al momento de escribir esto, vamos por el episodio 10 de Boruto. A esa altura, en Naruto ya conocíamos a Zabuza, el primer villano de la serie. Mientras, en Boruto: Naruto Next Generation aun no ha salido alguien a quién podamos apuntar y decir «Él es el malo». ¿Por qué pasa esto? Fácil, porque Boruto es una secuela. En Naruto no conocíamos a los personajes ni al mundo que los rodeaba, y necesitábamos un villano. Era necesario un conflicto que mantuviera nuestra atención en una serie que hasta esas alturas no verías si no fuera por la acción. Por el contrario, en Boruto ya hay cosas establecidas y personajes que conocemos. Incluso Boruto, aunque no lo conozcamos y estemos viendo el primer capítulo sin ver la película, es el hijo de Naruto y eso le da mayor valor como personaje. Esto permite que no sea necesario meter conflictos bélicos para que puedas empatizar con los personajes.

Y Boruto lo intenta esconder, porque tanto en la serie como en la película se han intentado meter antagonistas, pero en ambas ocasiones estos son para hacer crecer y madurar a Boruto como personaje. Más que ofrecer una historia de héroe vs villano, aquí los villanos están para que Boruto cambie a nivel personal. Tomemos por ejemplo la serie. En ella, encontramos esta nube extraña de chakra que podríamos catalogar como «el villano». Sin embargo, el mayor propósito de este conflicto es ver los poderes del ojo de Boruto. Ver si consigue despertar el Byakugan y, como resultado, conseguir la aprobación de su padre. Y hablando de padres, esto me lleva a mi siguiente y último punto.

LA NUEVA GENERACIÓN



Ya lo dije en mis primeras impresiones de la serie, pero lo repito. Una de las cosas que más me gustan es cómo da nuevas perspectivas de sus personajes. Tomando el ejemplo de Hinata, ella en la serie original era una niña muy tímida y tierna. Ahora, la representan como una madre a la que hay que temer. Y me encanta.

Me encanta porque me hace experimentar algo que no había sentido nunca. Es como ser parte de dos generaciones a la vez. Yo crecí conociendo a esa Hinata que se quedaba sin palabras al ver a Naruto. Ahora, podemos verla a través de los ojos de su hijo, y al verla desde la perspectiva de otra generación me hace sentir algo único. Y es algo de lo que Boruto se aprovecha una y otra vez.

Otra sensación causada por haber visto Naruto desde pequeño y haber crecido con ellos es la de ser padre. A ver, estoy mucho más cerca en edad a Boruto que de la de Naruto. Sin embargo empatizo por completo con los sentimientos de paternidad de los personajes. ¿Saben cuando tus familiares te decían «Te pareces tanto a tu papá cuando tenía tu edad…» como con los ojos iluminados? Pues eso es algo que nunca había podido entender, hasta que vi la película de Boruto. Es verdad que el diseño de Boruto se parece un montón a Naruto de pequeño, y eso puede ser a causa de un diseñador de personajes vago. Sin embargo, funciona. Funciona porque cuando Boruto se coloca la chaqueta de Naruto, vi a ese niño inocente lleno de ilusiones reflejado en él. Y me di cuenta del potencial y el camino que tiene Boruto por recorrer. Al ver eso, por primera vez tuve ese sentimiento paternal de «Tiene toda una vida por delante».



Por esto Boruto me está gustando tanto. Y no piensen que estoy diciendo que vayan corriendo a verla, ni busco que se sientan mal si la odiaron. Mi objetivo nunca fue ese. Todo lo que buscaba con este artículo era compartir mi sentimiento personal con esta serie, que me hizo experimentar algo que, a mi edad, no habría podido experimentar de otra manera. Boruto tiene muchas carencias. Es más, como serie independiente puede ser muy aburrida. E incluso como secuela, siento que en un futuro deberá separarse de la zona de confort para dejar de estar a la sombra de Naruto y comenzar a caminar con sus propias piernas. Porque le veo potencial a esta serie para ser algo que nadie haya imaginado jamás que sería. Pero, por ahora, creo que Boruto se puede permitir vivir del «fanservice» y la nostalgia de sus fanáticos. Porque lo hace muy bien, y permite que vivamos una experiencia… única.

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