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- Reseña: Suzumiya Haruhi no Yuutsu
Escrita por:
Unknown
Ficha en MAL
Quiero empezar esta reseña con un poco de polémica. DETESTO a la comunidad (al menos hispana) de esta serie. Y Haruhi no es un dios. Muchas gracias por su atención.
Odiada, amada y olvidada por muchos, sabemos el “boom” que causó en su tiempo y su enorme fanaticada, pero, ¿está la gente realmente viendo lo que la serie quiere trasmitir?
Para los que han estado bajo una piedra durante los últimos 12 años
Afecto Personal (lloremos todos juntos)
Agradezco a esta obra por haberme planteado algo en mi mente de forma permanente: sal de tu rutina. Veamos, no renuncies a tu trabajo ni te salgas de la escuela, lamentablemente la mayoría de espectadores es lo que malentienden al ver la serie. Lo que yo puedo decir sobre esto: haz cosas diferentes, conoce nuevos lugares, no tiene que ser Francia o Alemania para decir que valió la pena. Cada experiencia —por más simple que parezca—, te aportará algo en la vida.
Opinión en general
Y ahora, aquí es donde viene mi choque con la serie anime. Soy lector de las novelas ligeras, las he leído todas y concluyo que éstas sobrepasan con creces el material adaptado. Pero aquí estamos hablando del anime. Lo que la gente observa al momento de ver la serie es a esa chica egocéntrica haciendo tonterías “graciosas” con sus esclavos miembros de club. “Ja ja ja” “Ji ji ji” por allá, pero debo decirles algo: La Melancolía de Haruhi Suzumiya NO va sobre Haruhi Suzumiya. Desde mi punto de vista se necesita de un personaje tan extravagante para hacerle saber al espectador que debe saltar de su asiento y conocer diferentes perspectivas de la vida. El narrador ni siquiera es ella, es el chico “apático” que fue arrastrado en contra de su voluntad al tornado que gira alrededor de Haruhi. Es él quien que se encarga de recibir los golpes que las acciones de ella provocan, el que recibe aquellas experiencias y se nutre de éstas.
Dando seguimiento a algunas notas colocadas por Nagaru Tanigawa, (autor de la obra) siento que Kyon fue creado para que el autor se reflejara en él; después de todo, cuando escribimos alguna historia casi siempre el protagonista se nutre de nosotros, tiene cierto porcentaje nuestro en él. Y al final, habrá personas que también se sientan identificadas.
—Jeje, oye y ¿en qué orden veo la serie?
—En la que te dé la maldita gana, esto no es monogatari series.
¡Eres joven! Disfruta el gran regalo de la juventud, después tendrás 40, 50 años y habrá muchos arrepentimientos, culpas y nudos de palabras jamás dichas.
Personajes
El desarrollo de personajes es muy pobre. Sabemos casi nada de ellos y, lo que conocemos, podría ser falso. La relación entre ellos no se siente como una amistad, sólo como un grupo de personas que se juntan para llevar a cabo actividades fuera de lo común y descubrir nada. Además de que las personalidades de nuestros personajes no ayudan en lo absoluto.
Itsuki Koizumi, un chico cara linda y siempre sonriente que se entromete en todo donde no le es llamado, capaz de crear grandes monólogos mentales con Kyon los cuales requerirán de mucha atención por parte del espectador.
Mikuru Asahina, el producto fetichista de la serie, la cara linda imán de testosterona. Personaje molesto, incluso más que Haruhi. Tímida, miedosa, callada (¡AMO SU INOCENCIA! ¡17 AÑOS!). Y es que, sinceramente, ya no sé qué más decir sobre ella. Al parecer su existencia está justificada sólo para que su versión futura sea la que ayude en algunos de los aprietos que atormentan a Kyon.
Yuki Nagato, totalmente inexpresiva, aunque irónicamente contó con algo de desarrollo. El hecho de que una interfaz creada artificialmente pudiera adoptar y desarrollar emociones gracias a los humanos, no de una manera extremadamente notoria, pero ahí está planteado. La encargada de limpiar el desastre que Haruhi deja en el piso y razón por la cual Kyon sigue con vida (en serio).
Kyon, nuestro protagonista y narrador. El que mayor desarrollo y cambio presenta en la serie, pasando de una persona que encontraba las acciones de Haruhi totalmente molestas y frustrantes para después generar afecto hacia el grupo de personas que siempre estaban con él y sufrían a su lado. Aunque… aquí debo hacer hincapié, el mayor desarrollo de Kyon se encuentra en la película, la cual es el último material animado que adaptó algo sobre el original (y no, ese estúpido spin-off sobre Nagato no cuenta)
Haruhi Suzumiya, personaje fastidioso a no más poder. Con una actitud muy a la defensiva, no permitiendo que cualquier persona entre a su vida, ni siquiera los más cercanos a ella. Pero como siempre, con su pequeño corazón y sus respectivos sentimientos por cada miembro de su brigada (en especial hacia Kyon).
Y por supuesto que en sus aventuras contarán con personajes recurrentes, pero si de los principales apenas y sabemos el apellido pues... no tengan muchas esperanzas por los secundarios.
Fun Fact: Mi waifu alfa pertenece a esta saga. Aunque por razones antes mencionadas estoy pensando seriamente en dejarla... (Tsuruya-san, cof cof)
Por lo que la serie existe
El apartado técnico de la serie es bueno si nos remontamos al año en que fue producida. Pienso que ayudó a Kyoto Animation a ese gran salto de fama que le hace —hasta la fecha— ser uno de los estudios de animación japonesa más reconocidos incluso a nivel mundial. A la animación (decente para aquél entonces) se le puede reprochar muy pocas cosas en la actualidad.
La banda sonora muy característica y con un sentimiento de originalidad, capaz de otorgarle personalidad propia a cada tema musical, pasando por melodías desde el tango hasta un psy trance muy bueno.
Concluyamos (pongámonos sentimentales)
Esta serie no es para todo el público, en especial los que tengan poca tolerancia a personajes enérgicos en exceso, egocéntricos y prepotentes. Muy buena para aquellos que la sepan apreciar en el momento que necesiten de ella. Sobrevalorada, definitivamente. Se esfuerza por brindar algo a cambio pero falla rotundamente en el proceso.
Durante un tiempo consideré a esta serie como mi anime favorito, ya no lo es. Era triste observar a los maniquíes que se hacían pasar por personajes, cada uno otorgado con una “personalidad” que nunca cambia y de la que no puedes esperar nada. Me quedo solamente con el mensaje que, en mi mente, lucho por considerar es el que se quiso transmitir.
Les seré sinceros, no puedo expresarme totalmente sobre la serie animada debido a que todos mis sentimientos se quedaron en el material de origen. ¿Quieren disfrutar al máximo esta historia? Lean las novelas ligeras, tenemos la fortuna de que una editorial española las tradujera al español. Pueden ver el anime si quieren y terminar lo que nunca se adaptará leyéndolas.
P.D: Ya dejen los estúpidos chistes sobre Endless Eight, no dan risa, maldita sea.
-Fin-
hvh
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